Que lindo dia!

Ha pasado poco màs de un año desde que me encuentro aquì y todavìa me cuesta trabajo creer que a pocos minutos de mi casa se encuentran monumentos tan espectaculares de la Ciudad Eterna. Pero por ahora basta de hablar de ellos. Por estos dìas el sol resplandece e ilumina toda la ciudad y por eso decidi entonces, coger mi camarita, tomar el Metro y decidir un lugar de Roma para ver, pero no con ojos de turista como siempre, sino con ojos de habitante.

Decidì pues, ir a la Plaza de San Pedro, nuevamente y sola. Al llegar, habìan miles de turistas, haciendo la acostumbrada fila para entrar a la Basìlica. Ese dìa estaba de cumpleaños el Papa. Yo decidì buscar una de las 284 columnas que abrazan la Plaza y sentarme a mirar. Lo curioso es que esta vez ni observé la arquitectura, ni el Obelisco central, ni el reloj, ni las estatuas de los santos, ni nada que tuviera que ver con este sitio tan espectacular. Decidì observar a la gente.

Tantos comportamientos, tantas expresiones, tantos idiomas ... en fin, una representaciòn de casi todo el mundo en una fila que pasaba frente a mi. Me encantò la experiencia, estar sentada ahì. No faltaron unos turistas que me pedìan el favor de tomarles la foto. En cambio yo, decidì tambièn experimentar algunos àngulos y tomarme fotos con el automàtico de la càmara. Esperar diez segudos, acomòdate Jolie y sonrìe. Algunos pensarìan que era tonta o estaba loca por no pedirle a nadie el favor. Pero me gustò. Un poco desocupada para muchos, pero esas son las cosas que me encanta hacer. Ver, observar, analizar, entrar en las personas, imaginarme sus vidas.

Estuve sentada alrededor de una hora y media ahì, en mi columna dòrica, que calor! y yo de negro. Tengo que repetirlo, no importa el lugar... Sencillamente eso me hace muy feliz.